El Azul Ruso: la realeza felina.
El azul ruso es una de las razas más antiguas que existen, aunque se conocen muy pocos datos contrastados sobre su verdadero origen. Tradicionalmente se creen originarios del norte de Rusia, donde la leyenda dice que eran objeto de caza para obtener su precioso pelaje doble, a menudo comparado con el del castor o la nutria. Otras fuentes remontan su origen ya al siglo VIII a.C. en categoría de acompañantes de los navegantes vikingos, o bien como descendientes de los gatos reales de la corte rusa, donde se suponen los animales de compañía preferidos por los zares.
Sea como fuere, hacia mediados del siglo XIX parece que el azul ruso fue importado de manera más o menos casual por marineros ingleses desde el puerto de Arjanguelsk (Arcángel), en el mar Báltico, a Inglaterra y los países escandinavos. Otras teorías sostienen el origen mediterráneo de esta raza, acercándolo al del Chartreux francés.
Aspecto general. Buena condición física, musculatura firme y estado alerta. Por su aspecto, recuerda a las antiguas efigies del gato egipcio. Pelaje/ Corto, fino y dispuesto en una doble capa, interior y exterior, que se separa del cuerpo debido a lo denso de la capa y que le da un aspecto afelpado característico. El tacto es muy sedoso y suave, a veces comparado con el de una foca o castor.
Pelaje. Azul brillante, preferentemente en tonalidades claras. El color azul en la base del pelo contrasta con el reflejo plateado de las puntas. Deben carecer por completo de marcas atigradas. Color de nariz: azul pizarra. Piel de las almohadillas de las patas: rosa lavanda. Color de ojos: Verde brillante, preferentemente de tonalidad esmeralda.
Carácter. El azul ruso tiene un carácter tranquilo, dulce, muy cariñoso e inteligente. Adora a sus dueños, aunque tiene tendencia a estrechar los lazos con un miembro en especial de su familia humana al que expresa su más auténtica devoción. Una vez en su compañía, no se separa de él, acompañándole por toda la casa para observar atentamente todas las actividades que realiza y, si encuentra oportunidad, “participar” en las mismas. De hecho, esta raza es muy sensible al estado de ánimo de su dueño, con el que comparte tanto sus horas de alegría como de tristeza.
Es buen compañero de niños responsables e incluso otras mascotas, especialmente otros gatos. Es extraordinariamente limpio y metódico, por lo que agradece la regularidad de costumbres de sus dueños (horarios, comidas…). No es amante de los cambios ni los ambientes tensos o ruidosos (música alta, gritos o discusiones…). De hecho, el propio azul ruso tiene una voz muy suave y tenue que utiliza sólo en contadas ocasiones, para expresar sus sentimientos o atraer la atención de su dueño. Tiene una gran inteligencia.
La personalidad del azul ruso hace que se adapte perfectamente a la vida en un pequeño apartamento, donde puede pasar solo gran parte del día, como muchas veces obliga el frenético ritmo que la vida moderna impone a sus dueños.
Aún ser un gato preferentemente de “interior”, si tiene oportunidad, no dudará en salir al jardín e, incluso, nos obsequie con alguna presa capturada por él mismo (saltamontes, pájaros, lagartijas…) en honor a su buena fama de cazador.
El azul ruso es una raza muy saludable, sin ningún problema genético inherente ni tampoco propensión a enfermar. No es por tanto nada exigente en cuanto a su mantenimiento. Tan sólo es necesario que siempre disponga de agua fresca y comida adecuada a las necesidades nutricionales de su edad. Como la mayoría de gatos de pelo corto, apenas forma bolas de pelo, aunque no está de más cepillarle de vez en cuando y, sobretodo, en las épocas de cambio estacional, cuando muda el pelo.
miércoles, 13 de febrero de 2008
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