El gobierno australiano aplazó su decisión de matar 400 canguros en un centro militar abandonado cerca de Camberra por la oposición de los grupos conservacionistas, informó hoy el Ministerio de Defensa.
La campaña internacional contra la matanza, en la que se ha implicado el ex "Beatle" Paul McCartney, ha reavivado el histórico debate en Australia entre la necesidad de evitar la muerte de estos marsupiales y defender el equilibrio del ecosistema y a otros animales amenazados por la enorme población de canguros.
Según las autoridades, de entre las más de 60 especies de canguros, los más numerosos son el gris y el rojo, que superan los 50 millones de ejemplares y habitan precisamente la citada zona próxima a las instalaciones militares abandonadas cerca de la capital.
La población de canguros rojos y grises ha crecido de forma exponencial desde la llegada de los colonizadores europeos, que establecieron grandes áreas de pastos de regadío.
Estos marsupiales destruyen el hábitat de otros animales autóctonos en peligro de extinción como lagartos e insectos, lo que motiva al Ministerio de Defensa a querer reducir sus poblaciones o llevarlos a otras zonas del país.
A principios de mes, un informe de un grupo de científicos recomendó al gobierno sacrificar a 400 canguros, iniciativa que fue denunciada por los ecologistas.
En aquella ocasión, Paul McCartney exigió protegerles frente a la industria "que los mata salvajemente para conseguir su carne y su piel".
Sin embargo, los científicos argumentaron que el traslado es una tarea difícil, peligrosa e inhumana para los propios marsupiales, que posiblemente no logren sobrevivir en áreas ya pobladas por otros canguros.
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