Esta pregunta se repite muchas veces, y esa quizá es una de las conductas que mas irrita y desespera al dueño de un perro. Y de este hábito, no puede ser excluido ningún can, sin importar pedigree, raza, buena educación y lo limpio que esté.
A la menor oportunidad que tenga de encontrar un desperdicio de comida, excremento de otra especie, restos de algún animal muerto, sobre todo si está en descomposición, se revuelca sobre ellos, se sacude y regresa a casa con toda tranquilidad, inclusive, con cierto orgullo por lo que ha hecho y el olor que ha adquirido.
Para comprender este comportamiento, se debe ubicar el comportamiento del animal, dentro de su especie, y del comportamiento que tiene esa especie en su medio natural, y se puede analizar desde diferentes teorías. Una por ejemplo es, que al impregnarse de olores, es una forma de transmitir mensajes a la manada a la cual pertenece. Así, si un cánino llega a su manada exhibiendo ciertos olores, es olfateado por los demás miembros , y es posible que se sienta mas importante dentro del grupo, al llevar un mensaje del exterior. Esto, sin embargo, no se ha podido comprobar en los animales que hacen vida salvaje.
La explicación que parece ser la mas acertada, es aquella que plantea que el perro se revuelca en las inmundicias que encuentra, para disimular su propio olor, es decir para autoenmascararse, pero siempre de algún olor ajeno, ya que un perro nunca se impregnará de sus propios excrementos. Este comportamiento es de su origen salvaje. Si esta teoría es cierta, como lo parece, las fragancias ajenas lo que hacen es proveerlo de un camuflaje olfativo, de manera que los demás animales no sospechen siquiera quien es el que se acerca.
Algo es cierto y debemos tener en cuenta: cuando nuestro perro se acerca "perfumado" de esta manera tan peculiar, no lo hace ni por que es desaseado, ni por molestarnos, sencillamente está obedeciendo a un comportamiento ancestral y natural, y para él es imposible comprender que lo que le ha permitido susbsistir por millones de años, es inaceptable para su jefe humano de manada. Cuando esto ocurra, no le grite, ni le regañe, pues él sólo está obedeciendo a sus instintos ancestrales. En este caso, diríjase a él con igual afecto, aunque esté un poco repulsivo con ese aroma, y al cabo de un rato cuando su perro haya olvidado su nuevo olor, báñelo, sin mas problemas.
Fuente: defensaanimalslleida
jueves, 10 de julio de 2008
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