Aunque es muy difícil estudiar a los pulpos en estado salvaje, Christine Huffard y Roy L. Caldwell, científicos de la universidad Berkeley en California (EE.UU.), pudieron observar una población de Octopus Aculeatus en las costas de Indonesia.
Descubrieron que celos, asesinatos, engaños y seducción sazonan el período de reproducción de estos animales, mucho más agresivos que sus congéneres criados en cautividad. Según los estudios realizados en acuarios, se creía que ésta es una especie tímida y reservada, con un modo de reproducción muy sencillo.
Pero la realidad es que en su hábitat los machos elaboran estrategias complejas para abordar a las hembras, como esconder sus típicas líneas oscuras y desplazarse pegados al fondo, imitándolas, para engañarlas. Eligen a la de mayor tamaño porque es la que puede poner más huevos, y como los pulpos sólo se reproducen una vez en la vida, se aseguran así una gran descendencia. Son muy celosos, y capaces de estrangular al macho que se acerque demasiado a su “novia”. Una vez fecundada, ésta se aisla y pone decenas de miles de huevos, a los que protege día y noche sin ni siquiera alimentarse, y muere al cabo de un mes, unas semanas antes que el macho.
Fuente: http://losirracionales.blogspot.com/
viernes, 2 de mayo de 2008
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