jueves, 15 de noviembre de 2007

Porque no regalar un perro en navidad

¡Ya están aquí! Parece increíble, pero sin darnos apenas cuenta, ya las tenemos de nuevo encima. ¡Es navidad!

Fiestas, ajetreos, reuniones familiares… ¡Regalos! Es la época perfecta para quedar bien con nuestros familiares y amigos.

Buscamos el regalo perfecto, el que sabemos que más va a gustar a cada uno. Tal vez has pensado regalar un perrito, ¿acaso no es un maravilloso regalo? Sin duda lo es, pero ¿hemos meditado seriamente nuestra decisión?Junto con las vacaciones festivales, las semanas y meses que siguen a la Navidad son las fechas en que se producen más abandonos de animales.El precioso cachorro que regalamos y que hizo las delicias de quien lo recibió, crece y se convierte en un ser que tiene una serie de necesidades: hay que alimentarlo adecuadamente, seguir un programa de vacunación, darle cariño, juegos, asumir que tal vez hayamos de despedirnos de nuestro impecable sofá o de las porcelanas de la bisabuela.

Por ello, regalar un perro, u otra mascota, no debe ser una decisión impulsiva. Un ser vivo ni puede, ni debe, ser objeto de estas fechas festivas. Y esto es así por varias razones:

Regalar un perrito en Navidad puede parecernos una gran idea, pero los perros no son juguetes
Un perro es, ante todo, un ser vivo. No estamos regalando un libro que se pueda colocar en una estantería.
La persona que lo recibe adquiere un compromiso de por vida, ¿sabemos a ciencia cierta que va a poder asumirlo?
Además de la ilusión inicial, ¿qué opina la familia del obsequiado? ¿Nos hemos informado de si van a querer tener un animal en casa?

Si, a pesar de lo anterior, sabemos que nuestro "regalo" va a encontrar un excelente hogar, ¡Perfecto! Habremos hecho el mejor regalo del mundo, tanto para nuestros amigos o familiares, como para el perrito, y compartirán horas de mutua compañía y felicidad.
Una relación exitosa entre el perrito y sus nuevos dueños necesita comenzar con unas bases sólidas: preparación, concienciación, asunción de compromisos, información y conocimiento. Además de, por supuesto, mucho cariño. Este tipo de relaciones nunca deben ser impuestas.

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